Un lugar de reflexión mientras descubro el camino a casa

martes, 14 de marzo de 2017

Mis aventuras en el curso Flipped Classroom, un nuevo modelo pedagógico

HIC ET NUNC, ERGO CARPE DIEM... Ahora es el momento, lo tengo claro... Cuando me inscribí en el curso no estaba segura de que me eligieran porque había cientos de inscripciones y, aunque tengan en cuenta ciertos requisitos, la demanda de cursos de calidad con los que iniciarse en ciertos modelos pedagógicos por todos los docentes es muy grande. Está claro que hay unas ganas tremendas de cambiar todo esto, el mundo entero, pero nosotros vamos a empezar por lo que sabemos que no está funcionando, y por tanto hay que cambiar: el modelo educativo. Se suceden leyes y leyes que se parchean unas a otras y en el fondo nos sentimos indefensos, porque esas leyes están hechas para dar continuidad a lo que ya está obsoleto. Puedo justificar algunas muy necesarias, pero el tiempo ha pasado muy deprisa por ellas, por los que las han sufrido, por los que sentíamos que no solucionaban el problema. Eso es, el problema (porque tiene solución, si no lo llamaría otra cosa) es que el mundo va mucho más deprisa que esas leyes, y nuestros hijos, mis hijos ya, son nativos digitales, mientras que los magistrados que han hecho esas leyes, y los docentes que tratamos de llevarlas a cabo, a duras penas podemos competir con eso. La respuesta es muy simple, estos niños no aprenden igual que lo hacíamos nosotros, menos aún que como lo hacían los venerables magistrados casi decimonónicos. Llegados a este punto el docente se pasea por la telaraña educativa y descubre lo que están haciendo otros compañeros, sigue indagando, investigando de dónde habrán sacado las ideas, fisga por un sinfín de lugares, remotos unos y cercanos otros, y llega a la conclusión de que sí, de que hay que cambiar desde dentro, y que eso merece un esfuerzo, así pues, al tajo... Antes de empezar el curso había hecho varios seminarios TIC en mi propio centro, los últimos sobre inteligencia emocional, trabajos colaborativos y proyectos, pero ni rastro de la clase invertida, y todo vale, pero parece que el entrenamiento es un paso previo al salto, sin él no llegamos donde nos hemos propuesto. Empecé a ver este nombrecito fliplante este verano en los Expertos de ciertas universidades, ninguna pública por cierto, en las Facultades de Educación, algunas allende los mares del sur. Al ver los desarrollos de wikipedia me quedé yo misma perpleja (podría decir "flipada" también), y más aún en los ejemplos que empecé a ver en Youtube, es como encontrar el cabo del hilo e ir desenredando poco a poco hasta poder ir modelando la madeja. Reconozco que había practicado la clase invertida muchas veces antes sin ser consciente de ello, muy a menudo en las unidades que tienen una introducción histórica, porque creo que la historia y el arte deben ser ilustrados, así como la literatura escuchada y leída. Así pues son las constantes búsquedas en la web para buscar el vídeo apropiado, no excesivamente largo, para ilustrar mis clases las que me han traído hasta aquí: el afán por mostrar el mundo clásico, para que lo vean, no como ruinas, sino como importante caldo nutricio en esta olla que estamos cociendo entre todos. La idea que tengo ahora es un poco más clara, y casi diría que da miedo, porque veo que hace falta tiempo, el bien más preciado para el ser humano. Pero reconozco que no me parece tan descabellado seguir haciendo como hasta ahora con conocimiento de causa y con todos los medios que el curso está poniéndome para enriquecer cuanto desarrollaba antes. Ahora veo que hay webs colaborativas que me van a facilitar el trabajo hasta que yo sea capaz de editar mis propios materiales. Con todo, considero que el libro de texto, hecho en mi casa como hacía antes de la LOMCE, o comprado, sigue siendo una herramienta muy importante, sujeta o atada, o mejor, aherrojada, como estoy por la reválida de 4º y por las de Bachillerato o la EVAU. Lo que me ha sorprendido es ver tanto compañero en el barro, todos dispuestos a poner la carne en el asador, sabedores de que somos nosotros los que tenemos que cambiar esto, que no podemos estar esperando años y años a que otros hagan las leyes a gusto de todos porque es imposible. Lo que me ha sorprendido aún más es que muchos de ellos son Expertos gracias a sus propios bolsillos y de eso nos enriquecemos todos. Entonces, aceptando nuestro papel,esto es lo que hay: o participamos del cambio, cambiando, y rodando se hace el alud, o seguiremos haciendo una enseñanza anacrónica en este siglo XXI. ¡Así pues: avalancha!¡Que seamos tantos que no nos puedan parar! Poco a poco voy haciéndome una composición de lugar y veo en qué sitio estoy, aún me queda mucho para llegar a hacer lo que he visto que desarrollan otros compañeros, pero todo se andará. Tengo ganas ya de ponerme a preparar mi primera unidad didáctica invertida, siendo consciente de que lo es, y espero que no sea tan difícil todo el proceso como ahora me parece. Diseñarla completamente y llevarla a cabo durante este mismo curso, para ver cómo sale, para evaluarme a mí misma y ver si formo parte de esa avalancha que se llevará las clases magistrales de la ESO, dejándolas en el justo lugar que merecen, allá arriba.

Time lapse en el Minerva Plaza,

Seis meses en la vida de una clase en Finlandia, Sin palabras... sobran las comparaciones

lunes, 13 de marzo de 2017

¡Voy a poner la clase del revés!

Tan olvidado este blog, lástima que haya quedado lleno de polvo bajo múltiples tareas. Sin embargo, hoy lo retomo para hacer un trabajo que siempre he querido hacer, porque cuando abrí esto bullía en mí esa misma inquietud que ahora os cuento: VOY A DAR LA VUELTA A LA CLASE, LA VOY A PONER DEL REVÉS, no todas porque son muchas y de muchos niveles diferentes, pero sí algunas, especialmente aquellas que necesitan releer o rever lo que acaban de oír, aquí os explico en qué consiste: https://soundcloud.com/maria-cob-141068511/sets/educacion